Charles de Weck Pendavis
Presidente de la Red Ambiental Peruana - RAP
Estimados señoras y señores asistentes, muy buenas noches. Hace 21 años, el científico de la NASA James Hansen, ante el Congreso de los Estados Unidos (23 de junio de 1988), alertaba al mundo de que “el calentamiento global estaba en marcha”. Entre aquella fecha y el presente existen sorprendentes semejanzas, pero una gran diferencia.
Nuevamente ha crecido la brecha entre lo que la comunidad científica conoce sobre el calentamiento global y lo que saben al respecto los políticos y la población. Hoy como ayer, la evaluación franca de datos científicos lleva a conclusiones que conmocionan a la clase política. Hoy como ayer, podemos afirmar que dichas conclusiones tienen un grado de certeza superior al 99%.
La diferencia está en que, actualmente, ya hemos agotado el tiempo disponible para emprender las acciones necesarias que desactiven la bomba de relojería del calentamiento global. De otro modo, resultará inútil tratar de reducir el dióxido de carbono atmosférico a niveles que eviten que el sistema climático alcance un punto de inflexión más allá del cual se producirá una espiral de desastrosos cambios climáticos que escapará al control de la Humanidad.
Lo que declaró el científico de la NASA hace más de dos décadas fue que “el Planeta Tierra mostraba una tendencia al calentamiento a largo plazo, y que ello se debía casi con toda seguridad a los gases de efecto invernadero provocados por el hombre”. Señaló también que el calentamiento global potenciaba ambos extremos del ciclo hidrológico, es decir, incendios forestales y sequías más persistentes por una parte, pero también lluvias más intensas e inundaciones. Hace 21 años ese testimonio fue recibido con escepticismo.
Sin embargo, lo que resulta grave no es ya el escepticismo antiguo, sino la indiferencia actual y la actitud negligente frente a lo que ya se conoce que viene sucediendo y lo que puede suceder con la humanidad en este contexto. Esa indiferencia es también la expresión de un sistema - mundo en descomposición.
A lo largo de estos tres días de trabajo, que son el resultado de un trabajo arduo, largo y planificado, hemos podido constatar cómo los países andinos enfrentan situaciones comunes y complejas: progresiva desglaciación y cada vez más intenso estrés hídrico, acentuados procesos de desertificación, erosión de la agrobiodiversidad y amenazas a los sistemas agrícolas tradicionales.
Tales impactos resultan severos, tomando en cuenta que los países andinos se ubican en los Andes tropicales, es decir, pertenecen al hotspot o área de biodiversidad más rica de todo el planeta, según los científicos conservacionistas. Basta señalar que todos los países andinos juntos concentran el 95% de los glaciares tropicales de todo el planeta.
Son estas constataciones las que han impulsado al Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo - DESCO, como entidad que preside la Red Ambiental Peruana - RAP, y a su Programa Regional Sur - a proponer el desarrollo de este Seminario Internacional Andino sobre Gestión Social del Agua para la Adaptación al Cambio Climático Global.
Desde el principio, hemos buscado que el valor diferencial de este espacio de reflexión y pensamiento crítico se sustente en el diálogo de saberes y en la complejidad ambiental, es decir en la posibilidad de pensar un nuevo paradigma que incorpore la sabiduría tradicional que ha moldeado los paisajes culturales en los Andes, en relación complementaria con el conocimiento técnico aplicable a una realidad social, cultural y económica como la andina.
Este espacio de intercambio nos ha permitido entender los alcances del Tribunal de Justicia Climática, tomar nota que la suficiencia del recurso hídrico en un caso, puede ir acompañada a su vez de procesos de desertificación que tienden a agudizarse. Nos ha permitido igualmente comprender que las políticas públicas ambientales, en nuestros países, pueden devenir en cuestiones formales, declarativas o inútiles si seguimos privilegiando un modelo económico extractivista y primario exportador, atentando contra la sustentabilidad de nuestros recursos naturales; nos ha permitido igualmente concluir que el Mecanismo de Desarrollo Limpio, y el mercado de bonos de carbono, son herramientas inmorales que permiten que el que ya contamina pueda seguir contaminando, si paga por hacerlo.
Pero uno de los mayores aportes de este Seminario Internacional Andino es que hemos podido visibilizar que en los Andes contamos con ventajas comparativas para adaptarnos al Cambio Climático Global, y enfrentar sus efectos perversos.
Esas respuestas son verdaderas estrategias de resiliencia que se están construyendo desde el territorio y la cultura locales, y se fundamentan en el “sistema de significados y valores” de la cultura andina: la gestión social del agua, los sistemas de conocimiento tradicional para el manejo de la variabilidad climática de las montañas andinas y la institucionalidad social - el software social - que posibilita que tales medidas sean permanentes y tengan signo positivo.
El Cambio Climático Global debemos pues enfrentarlo desde las soluciones que se crean y proponen en la dimensión local.
La tarea es ahora ayudar a construir sinergias y espacios de cooperación a nivel intralocal, inter regional y subregional andino, orientadas a lograr que estos aportes se incorporen en el diseño e implementación de políticas públicas para la adaptación al Cambio Climático Global.
Ello permitirá que esas ventajas comparativas con las que contamos en los Andes para enfrentar al fenómeno global se integren a políticas de adaptación previas y planificadas, con lo cual se lograrían resultados cada vez más consistentes en la reducción de riesgos y amenazas a comunidades y agricultores conservacionistas que han moldeado las cordilleras andinas y dan soporte a la seguridad, soberanía y suficiencia alimentarias en nuestros países.
Sabemos que desde que en 1992 - año en que se firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático - y luego de las reuniones de los Estados Partes de dicho instrumento jurídico internacional, tanto en Kyoto (Japón), Bali (Indonesia), Poznan (Polonia), muy poco se ha hecho - por no decir casi nada - para revertir la tendencia hacia el punto de colisión y crisis generalizada del sistema ambiental global. Consecuentemente, la próxima reunión en Copenhague, en Diciembre del presente año, no será distinta.
Dice Edgar Morin que “Estamos en vísperas, no de la lucha final, sino de la lucha inicial...”. Por ello, estamos firmemente convencidos que debemos asumir esta tarea - sin más dilación desde lo local, desde lo regional, transitando - en lo posible - hacia la dimensión subregional andina a fin de maximar, fortalecer y complementar la eficiencia de nuestras acciones.
Albergamos esa esperanza y en adelante les propondremos dar pasos concretos, en la idea de construir una conciencia planetaria que se exprese en un espacio solidario de reflexión y acción frente a un fenómeno global que hoy amenaza la vida en todas sus expresiones.
Ante lo delicado de la situación que enfrentamos hoy, no podemos permitirnos clausurar espacios de intercambio y reflexión como este, consecuentemente declaramos que este espacio queda permanentemente abierto. Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario